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Descubriendo el nuevo mundo

Un sí a pagar por informarse en la red

Dar el sí cuando exista un verdadero concepto de Periódico Digital y se haga tangible.

Nadie dubita en la parada del autobús si cuando éste llegue debe pagar o no el billete por usar su servicio para desplazarse. Tampoco surge la problemática al echar gasolina, comprar en un supermercado o inc1uso al aparcar en un parking. Desde luego ninguno increpa al quiosquero al llevarse el periódico diario. Entonces, ¿qué pasa con la información que nos suministra Internet?

Bueno parece que hemos entrado en un terreno farragoso. En Internet no se concibe otra que la cultura de "todo gratis", pero igual pasaba en televisión y los canales por cable son hoy una realidad que muchos aprecian y pagan de su propio bolsillo. El periodismo en Internet es un concepto demasiado joven que tiene que evolucionar, y nadie puede negar con rotundidad que la cultura de “todo gratis” no pueda caer por su propio peso en pocos años. Haciendo historia de la breve evolución del periodismo digital se dice que nació con el Chicago Tribune en 1992, año en el que decide copiar su contenido en la red. Desde entonces ésta ha sido la tónica en el resto de países: desde los diarios hasta los semanarios, desde los periódicos nacionales a los regionales, como símbolo de modernidad y prestigio. Después esa simple copia de la noticias de la edición impresa, se transformó en la incorporación de las noticias en la red al mismo tiempo de su llegada a la redacción. El concepto cambia y con él se lleva a los lectores de los diarios impresos, ya que de forma gratuita se puede acceder a la misma información. Surge una problemática que hoy continúa:

¿cómo financiar el periódico digital? ¿Internet como medio debe seguir criterios gratuitos –como la radio-,de pago –como la prensa tradicional escrita- o mezclar fórmulas gratuitas con contenidos extras que se pagan -como las plataformas de la televisión actual-? ¿Qué contenidos cobrar y cuáles no?

Las soluciones a la que los diarios digitales han llegado en nuestro país son muy variadas: La Razón Digital intentó en principio financiarse por vías diferentes al cobro al lector como ingresos por publicidad, subvención de grupos de presión financieros, de partidos, etc. El Mundo reserva para sus suscriptores contenidos con valor añadido como reportajes de investigación, artículos de opinión y su hemeroteca. La Vanguardia ofrece toda su información de forma gratuita, exige tan sólo la inscripción del lector en el periódico para obtener sus datos personales. El País, sin embargo, es el primer periódico que obliga al pago de una suscripción para permitir la lectura de sus páginas.
Como se observa hay para todos los gustos. La solución más acertada pueden corroborarla los datos estadísticos sobre audiencia de los diferentes medios, pero no es lo que ahora me interesa. El periodista José Manuel Gimeno en uno de sus artículos afirma que lo que le da valor a un periódico no son los resultados empresariales, sino su influencia en la opinión publica. A éste respecto añade que si al lector de un diario digital se le ponen cortapisas –como el cobro de los contenidos- éste buscará la información que le interesa por otros medios, quizás se vaya a la competencia, entonces el medio que cobra por sus servicios está perdiendo poder y reforzando la competencia.

Razón quizás no le falta, pero yo quiero ir más allá. Quiero imaginar el futuro de la red, un futuro en el que los periódicos digitales homogenizan su fórmula para librar una competencia igualitaria. Un futuro en el que realmente se pueda afirmar que estamos dando un servicio de información digital. Un futuro en que el periódico digital no tenga nada que ver con el periódico impreso, en el que se haya convertido en un medio alternativo y complementario para el lector. Un futuro en el que el periodismo aproveche todas las herramientas que ofrece Internet: enlaces más allá de los imprescindibles, que lleven al lector incluso a la hemeroteca para indagar sobre cada protagonista y profundizar en la realidad que se presenta. Estar en un continuo proceso de actualización de las páginas del diario. Hacer uso creativo, útil y noticiable de la multimedia con fotografías, imágenes en movimiento y sonidos para oír en vez de leer una entrevista, para ver el juego o los goles de un partido de fútbol tras la lectura de una crónica. Hacer posible que el lector comente las noticias e interactúe con el medio.

Es entonces cuando abogo por un periódico digital de pago, un pago siempre razonable y a más bajo precio que los diarios impresos, ya que hay que tener en cuenta que la empresa se ahorra la impresión y la distribución. Incluso con ésta suscripción el lector no tendría que soportar los módulos de publicidad que sumergen la información en la prensa impresa.

1 comentario

José Manuel Gimeno -

Practicando el "egosurfing" he dado con tu página. En primer lugar gracias por leerme y gracias por citarme en tu página.

Opino diferente a ti en lo referente en el pago por informarse, pero eso no quita que conceda que puedes tener razón. Al menos yo no estoy nada seguro de mis aseveraciones.
Por ello me gustaría tener la oportunidad de contrastar nuestros diferentes pareceres, con el solo objetivo de poder dar un poco de luz para el futuro.

Un saludo