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Descubriendo el nuevo mundo

¡Cuéntame lo importante que no tengo tiempo!

¡Cuéntame lo importante que no tengo tiempo! En la inercia de la abundante información que hoy ofrecen los medios, el receptor engulle a golpe de vista, quizás se interese por algo e indague en el texto y busque otras informaciones. Lo principal es estar informado al instante. La Red lo sabe y por ello oferta el multitexto haciéndose imprescindible el uso de la pirámide invertida.

El receptor puede informarse de la actualidad desde el flash de las alarmas en el móvil hasta los hiperenlaces del diario digital, con los que la lectura lineal es sustituida por la secuencial del hipertexto. Ahora es el usuario el que organiza su forma de lectura y busca la documentación que más le interesa dentro de un mismo texto.

Theodor H. Nelson: "Con hipertexto, me refiero a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario".

Con el hipertexto parece que la estructura informativa en la Red se hace más compleja, sin embargo la forma redaccional de pirámide invertida –tomada de la prensa en papel y que parte de la información principal para después desgranar en el texto los restantes detalles en orden decreciente de importancia- es la más adecuada para la Red por un simple hecho: los usuarios no leen, ojean velozmente en busca de la información que les interesa. Y es que la atención en una pantalla durante largos periodos de tiempo es difícil para el ojo humano, tanto porque estamos más acostumbrados a leer en papel como porque aún muchos perciben el ordenador como una herramienta de trabajo.
Para Jacob Nielsen la pirámide invertida asegura que el lector retenga la más importante de la información, aunque no llegue a leer hasta el final del artículo. Eduardo Manchón añade que además con esta forma de redacción aquél que desee profundizar puede seguir leyendo sin perjuicio del usuario que busca rápidamente la información.
Lo que está claro es que la pirámide invertida al partir del enunciado fundamental y exponerlo después en el desarrollo del texto, huye de toda tensión narrativa que sí buscan otras estructuras (INTRODUCCIÓN-DESARROLLO-DESENLACE o la DESCRIPCIÓN DE CASOS QUE DESMUESTRAN UNA TEORÍA). Estás estructuras pueden enganchar al usuario e impacientarlo en busca de respuestas, pero no satisfacen su necesidad inmediata de información del entorno. Sin embargo, la pirámide invertida permite varias lecturas según el interés del usuario: una rápida y otra en profundidad haciendo uso de los enlaces; además de que hace posible la multitextualidad porque al decrecer la información del primer al último párrafo el periodista puede utilizar un mismo texto editado para una página del periódico digital como para una alarma del móvil, con sólo cortar el primer párrafo y sin perder información relevante.

No obstante, no todo son alabanzas a la citada pirámide. En contra de lo hasta aquí dicho Ramón Salaverría insiste en que hay que buscar una nueva forma de redacción para la Red: “no podemos repetir viejos formatos como la PIRÁMIDE INVERTIDA, que nació en un contexto muy distinto. Nada tienen que ver el viejo telégrafo y la linotipia, con las modernas redes interactivas y las plataformas multimedia. Se arriesgan nada menos que a perder definitivamente a su futuro público, formado por los jóvenes de hoy, acostumbrados al lenguaje audiovisual y a los contenidos lúdicos e interactivos”.

Salaverría acierta al decir que ese nuevo lenguaje para los cibermedios debe tener en cuenta los tres nuevos ingredientes del periodismo: multimedialidad, hipertextualidad e interactividad. Pero no es muy intuitivo al afirmar que la pirámide invertida prescinde de la clave del periodismo digital: el hipertexto, con el que la Red puede librarse de la redundancia y la previsibilidad que impone la pirámide. Destaca que no hay lugar a la intriga, sin atender quizás a la necesidad de los usuarios. Sin atender a la diferenciación de usuarios de lectura rápida y lectura profunda; a ambos se puede complacer a través de una redacción decreciente como la de la pirámide invertida, que en ningún momento deja de lado como principal característica en el mundo digital el hipertexto. Además de no hacer al periodista trabajar tres veces para mandar una misma información a los diferentes medios y formatos con los que trabaja.

Como colofón, la pirámide invertida se ha adaptado al mundo digital rejuveneciendo y reinventando sus nuevos usos.

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